martes, 3 de junio de 2014

ABDICACION DEL REY DE ESPAÑA


 "Una nueva generación reclama con justa causa el papel protagonista, el mismo que correspondió en una coyuntura crucial de nuestra historia a la generación a la que yo pertenezco. Hoy merece pasar a la primera línea una generación más joven, con nuevas energías, decidida a emprender con determinación las transformaciones y reformas que la coyuntura está demandando y afrontar con renovada intensidad y dedicación los desafíos del mañana"

Con estas palabras el Rey D. Juan Carlos I de España, comunicaba a los españoles su abdicación en su hijo Felipe, que reinará como Felipe VI de España.
El lunes 2 de Junio de 2014, Su Majestad ponía fin a casi 39 años de reinado.
Según fuentes de la Casa del Rey, este tomó la decisión de abdicar el 5 enero, el día de su 76 cumpleaños.
Se lo comunicó al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el 31 de marzo y a Alfredo Pérez Rubalcaba tres días después. Pero el secreto se mantuvo y esperó hasta el 2 de Junio para anunciarlo definitivamente porque quería dejar pasar las elecciones europeas del pasado 25 de mayo para no entorpecer el debate electoral.
Antes de comunicar su decisión a los ciudadanos, el Rey ha llamado a los presidentes del Congreso, Jesús Posada, y el Senado, Pío García Escudero; a los representantes de lo grupos políticos en la Cámara, así como a los presidentes de Cataluña, Artur Mas; Andalucía, Susana Díaz, y Euskadi, Iñigo Urkullu. Posteriormente, don Juan Carlos ha recibido una llamada de François Hollande, presidente de Francia.

El presidente del gobierno, Mariano  Rajoy explicó que don Juan Carlos creía llegado el momento para realizar la sucesión con total normalidad y una vez recuperado tanto físicamente como en su actividad institucional  el Monarca, una vez tomada la decisión, multiplicó sus actos y sus viajes de contenido económico, en especial al Golfo Pérsico.
No quería dejar su puesto en plena convalecencia de sus operaciones sino en un ambiente de tranquilidad, precisamente cuando el debate sobre su abdicación llegó a ser muy intenso en 2013.
Tambien y según fuentes de La Zarzuela, el Rey pretendía dejar la Corona en el mejor momento posible, para facilitar la llegada de su hijo.
Fuentes de La Zarzuela aseguran que se trata de una decisión “muy meditada” que no tiene que ver ni con la salud del Rey ni con la coyuntura política. Por ende, otras fuentes del Ejecutivo admiten que el momento político es propicio para una decisión así porque estamos a mitad de legislatura y el Rey y el Príncipe pueden contar con un sólido pacto entre PP y PSOE, que suponen más del 80% del Congreso.
Nadie puede garantizar qué tipo de Cortes saldrán de las urnas en 2015, ante la evidente crisis del bipartidismo marcada por las elecciones europeas, que han colocado a los dos grandes partidos por debajo del 50% por primera vez desde 1977.
D. Mariano Rajoy explicó que el Consejo de Ministros debe aprobar una ley orgánica , según el artículo 57.5 de la .Constitución, para regular la abdicación, ley, que será breve y se limitará a dar efectividad a la abdicación y no fijará el nuevo papel de don Juan Carlos ni su posible aforamiento. Pactada con el PSOE de Rubalcaba, no tendrá ningún problema para ser aprobada rápidamente por las Cortes con amplísima mayoría.

En enero, tras cumplir 76 años, y una vez tomada la decisión, el Rey consultó con el príncipe Felipe, después con Rafael Spottorno, jefe actual de la Casa del Rey, y los dos anteriores responsables de ese puesto. Después de comunicárselo al presidente del Gobierno, se creó un reducido equipo con representantes de la Casa del Rey y del Ejecutivo, encabezado por la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, para perfilar detalles técnicos. El rey encargó un informe político, jurídico y práctico sobre la abdicación.

Desde 2012, cuando empezaron a acumularse los problemas de la Monarquía y el Rey alcanzó su momento más bajo de popularidad, sobre todo cuando se vio forzado a pedir perdón por su viaje a Botsuana para cazar elefantes en el que se rompió la cadera, las especulaciones en el mundo político sobre la abdicación se multiplicaron hasta el punto de que se convirtió durante 2012 y 2013 en uno de los principales asuntos de debate en las reuniones políticas, siempre a "soto voce" y la conversación generalmente acababa con la misma frase: “El Rey no quiere, dice que los reyes se mueren, no abdican”. Él mismo lo desmintió varias veces, la última en el discurso de Nochebuena. 

Solo él puede tomar esa decisión, insistían los políticos, pero al  final lo hizo cuando menos se esperaba.


El Rey, emocionado, dio las gracias a los españoles y reivindicó su reinado —“vuelvo atrás la mirada y siento orgullo y gratitud hacia vosotros. Habéis hecho de mi reinado un largo periodo de paz, prosperidad y progreso”— y explicó sus motivos para dejarlo, centrados en el relevo generacional. “He querido ser Rey de todos los españoles. La larga crisis económica ha dejado profundas cicatrices en la sociedad pero también abre un camino de esperanza. Todo ha despertado un impulso de renovación, de corregir errores. Una nueva generación reclama el papel protagonista, el mismo que correspondió a la mía. Merece pasar a la primera línea una generación más joven, que afronte con renovada intensidad los desafíos”, aseguró.

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