martes, 8 de diciembre de 2015

VIAJANDO POR PERÚ II- PUCALLPA

Pucallpa y el rio Ucayali
La ciudad de Pucallpa,  (Tierra colorada en quechua y shipibo) fue colonizada en 1840 por misioneros franciscanos,que  asentaron familias del grupo étnico shipibo-conibo y durante varias décadas se mantuvo como un pequeño asentamiento aislado del resto del país por la Cordillera de los Andes.
Desde Lima en avión en un corto vuelo de 1 hora, o recorrer los casi 800 km. de distancia en bus, lo que nos supondrá unas 20 horas de viaje recorriendo las ciudades de la parte centro-oriental del Perú, nos llevará hasta la capital del departamento de Ucayali y de la provincia de Coronel Portillo que se sitúa en el llano amazónico, a la margen izquierda del río Ucayali. 

Bote de  Pucallpa a Masisea
El transporte desde Pucallpa  a los poblados que se instalan a orillas del río, se realiza por medio de botes que navegan arriba y abajo del caudaloso Ucayali.
En la ciudad abundan los árboles, especialmente en zonas poco desarrolladas. Sus tierras son arcillosas y se disuelven fácilmente, volviéndose barrosas. 
Los suelos de Pucallpa son pobres para la agricultura y por ello se cultiva la silvicultura. Los principales cultivos que se pueden utilizar dentro de la región son maíz, yuca, plátano y una gran variedad de frutas.
Casas típicas en el poblado de Nuevo San Juan

Selva de Pucallpa
La economía de Pucallpa se basa principalmente en el comercio, la madera  y el turismo, y la pesca, agricultura y ganadería la complementan
Zonas de selva virgen, con abundancia de fauna y flora típica amazónica configuran esta región peruana que esta escasamente poblada por comunidades nativas que ocupan las orillas del rio Ucayali.
Recorrer su puerto, de donde salen los botes que se dirigen a los poblados ribereños, visitar la bella laguna de Yarinacocha, donde podremos ver Bufeos, (delfines rosas de agua dulce), o convivir con alguna de las comunidades que conforman Pucallpa, es una experiencia única.
 



En las orillas del Ucayali

Surcar el Ucayali, rodeados en el bote de todo tipo de alimentos, bebidas, accesorios mecánicos, etc. nos hacen comprender la simbiosis de sus habitantes con el río.
Pasear por sus pueblos con construcciones de madera, internarnos en la selva, compartir la vida con los habitantes de cualquiera de esos pequeños poblados, nos ayudan a valorar la vida en contacto con la naturaleza.



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