TERREMOTO EN JAPON
Nunca antes se habían juntado dos catástrofes tan brutales en un mismo espacio y tiempo.
El viernes fue el terremoto de 9 grados en la escala de Richter y elposterior tsunami que devastó el noreste de Japón.
Ayer, la confirmación de que las mismas áreas azotadas por el temblor y la lengua de agua están ahora en serio peligro de sufrir una explosión nuclear descontrolada. De hecho anoche se produjeron dos nuevas explosiones aunque no afectaron al edificio de contención que pudo resistirlas, anunció su operador Tokyo Electric Power. Las detonaciones fueron de las mismas características que el registrado el sábado en el número uno.
Todo está en manos de los ingenieros, quienes trabajan a contrarreloj y sin red para evitar que los sistemas de refrigeración de hasta tres reactores nucleares no se vengan abajo y provoquen una explosión similar
a la de Chernobyl .Incluso en unos de los tres reactores parecía estar ocurriendo una fusión,(derretimiento) parcial del núcleo,lo que causaría un escape radiactivo.
“La situación actual, con el terremoto, el tsunami y las plantas nucleares es con diferencia la crisis más grave de los últimos 65 años, desde la Segunda Guerra Mundial”, consideró ayer el primer ministro, Naoto Kan.
Que sea posible rehacerse o no dependerá en buena medida de lo que ocurra en las próximas horas con la serie de fallas en cadena que sufrieron ayer los reactores.
“No sabemos qué podemos hacer” para solucionar los problemas de refrigeración que sufren los tres reactores, confirmó el ministro portavoz, Yukio Edano, quien también se encargó de transmitir un mensaje de
forma tajante: “Lo que está pasando no tiene nada que ver con Chernobyl”, remarcó.
Hasta 600.000 personas han resultado desplazadas en el país, unas 310.000 de ellas duermen en refugios y tiendas de campaña, mientras un número indeterminado sigue atrapado bajo los escombros a la espera de ser rescatados. Los enormes desperfectos en las carreteras del extremo norte siguen dificultando las tareas de rescate.
El gobierno japonés está tratando por todos los medios de evitar que cunda el pánico entre la población, consciente de que eso empeoraría mucho más las cosas, y para eso es importante desactivar del imaginario
colectivo la espantosa imagen de Chernobyl.
En realidad, tan a fondo se está esforzando Tokio en mantener un cierto estado de calma (ayer insistió en que la radiación está bajo control) que la población empieza ya a no creer sus informes y a sospechar
de que el peligro de fuga nuclear es mucho más elevado de lo que les quieren hacer creer.
La situación tomó aires de máxima gravedad durante la noche de ayer, cuando la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) confirmó el estado de emergencia en la planta de Onagawa, justo al sur de la
ciudad de Sendai, después de recibir un aviso del gobierno japonés.
En menos de una hora, una nueva planta, la de Tokai, enla provincia de Ibaraki, a unos 120 kilómetros de Tokio, reportaba también problemas en su reactor. Ambas se unían a Fukushima, cuyo reactor número 3 había sufrido durante la tarde una fuerte explosión, obligando a los ingenieros a abrir la campana y soltar pequeñas cantidades de radiación.
Pronto la agencia nuclear japonesa indicó que la planta de Tokai funcionaba correctamente, mientras la Tohoku Electric Power, propietaria de Onagawa, aseguró que los niveles altos de radiación detectados se
debían a la fuga de otra planta en una provincia distinta, presumiblemente la de Fukushima.
Hoy, la atención seguirá centrada en ese reactor 3 de Fukushima,-donde hubo dos nuevas explosiones- aunque algunos informes apuntaban a los escapes de plutonio en el reactor 1, que sufrió una explosión el
sábado. Más de 200.000 personas han sido ya evacuadas de los alrededores y se extendió el tratamiento con yodo para evitar el cáncer de tiroides.
Tal es la alarma que incluso en Tokio, a 270 kilómetros de Fukushima, las autoridades han recomendado a la población cubrirse todo lo posible y mantener las ventanas cerradas. De momento, hay 19 víctimas por
radiación bajo tratamiento, aunque la realidad podría ser muy superior.
Ante esta situación, miles de personas han empezado a dirigirse rumbo al sur para alejarse de una posible fuga nuclear.Incluso en Tokio y otras ciudades aparentemente bien resguardadas hubo escenas de gente
huyendo. Las embajadas francesa y suiza, por su parte, recomendaron a sus ciudadanos abandonar Japón si no tienen nada muy importante que hacer en el país.
Al riesgo de fuga radiactiva se añade la escasez de electricidad alimentos, agua potable y gasolina en la mitad norte de Japón, desde el terremoto los productos más básicos se han convertido en artículos de
lujo para millones de personas.
De hecho, también en términos económicos el tsunami ha resultado devastador para Japón, quien ya transitaba una terrible crisis desde mucho antes. El Banco de Japón anunció ayer una inyección de liquidez
en su sistema bancario a partir de esta misma mañana. Se espera que el ente regulador ponga en circulación al menos 1 billón de yenes (8.700 millones de euros) para su uso a corto plazo.
Para saber más:
Más información en Wikipedia
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