Además el escritor tuvo hermanas que no tuvieron descendencia. Quien sí tuvo descendencia fue su hermano Rodrigo y de hecho, se sabe que la estirpe ha llegado hasta hoy en día y que viven en Madrid pero, después de 400 años, el ADN está muy mezclado y solo resultaría viable el análisis mitocondríaco, que como hemos indicado anteriormente sole puede puede hacerse con mujeres.
A partir del próximo lunes 28 de Abril, tres expertos se pondrán manos a la obra para buscar en el Convento de las Trinitarias Descalzas, en el barrio de Las Letras, lo que quede del padre de la novela moderna.
Cervantes cuando murió era un hombre de 70 años años, con artrosis de espalda, atrofia severa de la mano izquierda y heridas en el pecho por impactos de arcabuz.
El investigador Luis Avial comenzará la primera fase y usará un georradar, que emite ondas electromagnéticas y detecta cambios en las propiedades de los materiales del subsuelo, con este aparato creará una imagen de las cavidades de la iglesia y de los muros y radiografiara los restos que se encuentren allí; además se empleará una cámara termográfica
La segunda fase, dirigida por el antropólogo forense Francisco Etxeberría, llevará a cabo las excavaciones arqueológicas necesarias.
El resultado obtenido permitirá avanzar en la siguiente fase, es decir, la del análisis de los restos y constatación histórica, de la mano del historiador Fernando Prado. En esta última colaborarán la Universidad del País Vasco y la Complutense de Madrid.
Las modernas técnicas podrían incluso facilitar una reconstrucción facial de Cervantes, enterrado en abril de 1616.
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