viernes, 14 de febrero de 2014
LA MONJA TUITERA
"Tengo 46 años. Nací en Tucumán (Argentina) y hace 19 años que vivo en Manresa. Soy monja dominica contemplativa. Soy célibe por libre decisión. ¿Política? ¡Apasionada de la humanidad! ¿Creencias? ¡Pocas! Estoy enamorada de la persona de Jesús del Evangelio. Ayudo a los necesitados".
Así se define esta extaordinaria mujer, Sor Lucía Caram nacida en 1966 en Tucumán, Argentina y monja dominica contemplativa, que, compagina su vida claustral de oración y de estudio con una gran actividad social que la llevó a promover el Grupo de diálogo interreligioso de Manresa, el proyecto MOSAIC de salud mental y la Fundació Rosa Oriol. En la actualidad vive en un convento de clausura en Manresa.
A los 18 años sintió la llamada de Dios desde el deseo de ayudar a las personas y trabajar por un mundo más justo, así Lucía Caram se hizo monja.
Fascinada por la figura de Jesús de Nazareth, decidió seguir sus pasos e hizo del Evangelio su proyecto de vida y se puso como meta trabajar por la instauración de un nuevo orden social.
Urgida por algo inexplicable que le devoraba las entrañas, dejó la actividad frenética como religiosa que se dedicaba a ayudar a los más vulnerables y optó por la vida contemplativa, por hacerse monja de clausura.
¿Cómo conjugar este estilo de vida con un espíritu inquieto y libre? Esto nos lo explica sor Lucía en su libro "Mi claustro es el mundo", donde rememora su infancia ene el seno de una familia del Opus Dei, nos habla desus primeros años de noviciado y nos habla de sus dificultades para adaptarse a las estructuras institucionales y a las formas de una Iglesia que clama por un cambio.
También nos habla de la realidad de la vida cotidiana en su comunidad y nos hace partícipes de su lucha por renovar la forma de vivir y compartir la fe. Su intenso trabajo junto a los más pobres y su pasión por el fútbol,nos hace ver que a pesar de ser monja no deja de ser mujer, porwue como ella dice continuamente "mi claustro es el mundo".
Según ella misma cuenta se levanta a las cinco de la mañana, reza, va a misa, lee La Vanguardia y , a las nueve y media acude a la Plataforma de los Alimentos y donde escucha a la gente. Siempre dice que "¡Dar no es sólo repartir bolsas de comida, es escuchar!"
En su convento son 5 monjas que comenzaron repartiendo bocadillos a los necesitados y ahora dan alimentos a 950 familias con graves problemas, ayudadas por 250 voluntarios.
Predican con el ejemplo ya que viven al día con lo que les llega de donaciones,y dan lo que tienen, como por ejemplo la mitad de su convento que se ha convertido en un centro de salud mental y club social.
Repite muy a menudo que "La Iglesia es diversidad, y amar es servir: si no sirves a otros, no sirves para nada, porque estamos en el mundo para ser felices y hacer felices a los demás".
No le tiene miedo a nada ya que asegura, "no tengo nada que perder" Y de la otra vida opina que "si la otra vida es eterna, ¡la otra vida ya ha empezado, ya estamos ahora en ella!.
Desde su convento se asoma al mundo desde las redes sociales, Facebook y Twiter, ya que opina que estamos en una sociedad en la que se habla demasiado, en la que falta compromiso y en la que a veces se escriben muchas tonterías. Estamos tan vacíos que escribimos sin decir nada, por ir con tantas prisas y con tanto estrés. Es bueno que Twitter nos dé la posibilidad de pensar qué es lo que vamos a comunicar. Y es muy interesante poder infectar las redes positivamente. Y dice que cree que Cristo fue el primer tuitero ya que el Evangelio está compuesto por frases cortas, como en twitter y eso a su entender es muy revelador, puesto qye Cristo ya dijo que nada quedaría oculto, que todas las verdades se gritarán en los tejados. Y efectivamente, vivimos unos tiempos en los que nada queda oculto. Las redes y los medios de comunicación hacen que necesariamente tengamos que ser transparentes. Y eso es bueno. Jesús también fue un adelantado a su tiempo en este caso.
Actualmente dirige y realiza El Punt de Trobada en RNE Radio 4, programa orientado a promover el cambio y el compromiso social. Es también autora de Mi claustro es el mundo (Plataforma Editorial, 2012).
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