Hoy publica una de las revistas
médicas más prestigiosas del planeta, 'The New England Journal of Medicine' (NEJM), un
estudio que demuestra que las heces tienen el poder curativo para una infección
frecuente en pacientes hospitalizados, causada por la bacteria denominada
'Clostridium difficile' y que se encuentra presente en el medio ambiente y en
muchas personas. Forma parte de las bacterias que construyen su flora
intestinal sin generarles ningún daño, pero cuando estas personas sufren algún
problema que deteriora su sistema inmunológico o que destruye su flora
intestinal, como puede ser la ingesta de antibióticos, la bacteria aprovecha la
situación y coloniza el intestino y
empieza a destruirlo.
Consecuencia de esa destrucción intestinal es la diarrea,
que puede ir acompaña de dolor tipo cólico, fiebre, vómitos, deshidratación e
incluso puede ocasionar la muerte. Las personas más afectadas por este problema
son aquellas de edad avanzada, que se encuentran ingresadas en un hospital y
con varios graves de salud, aunque una
persona joven también puede contraer la
infección.
Para tratar esta infección se
utilizan dos antibióticos (vancomicina y metronidazol) que permiten eliminar esta bacteria en un 70-80% de los afectados. El resto, un
20-30%, de las personas infectadas vuelve a recaer tras el tratamiento y la
mitad de ellos lo hace de nuevo tras una segunda dosis.
La mejor solución para este último
porcentaje, según explica Ángel Asensio, jefe del servicio de Medicina
Preventiva del Hospital Universitario Puerta de Hierro-Majadahonda, en
Madrid, sería reemplazar
la flora intestinal por la de un sujeto normal, y el 'Clostridium
difficile' tendría que competir con las demás bacterias y terminaría
desapareciendo.
Investigadores de varias
universidades europeas han realizado un ensayo clínico en 42 pacientes. Se
establecieron tres grupos de tratamiento: uno, formado por 13 enfermos, fue
tratado con vancomicina (500 mg vía oral cuatro veces al día durante 14 días);
otros 13 recibieron ese mismo fármaco más un lavado intestinal; y los 16
restantes tomaron vancomicina (500 mg cuatro veces al día durante cuatro días),
seguida de un lavado intestinal y la administración de heces diluidas en suero
fisiológico a través de una sonda nasogástrica, (tubo que se introduce a través de la nariz en el
estómago pasando por el esófago).
Los resultados obtenidos fueron:
En el primer grupo se evitó una nueva recaída en el 31% de los
casos.
En el segundo sólo se consiguió en el
23%,
En
el tercero, el de la terapia fecal, la tasa de éxito fue del 81% (13 de
16).Los tres pacientes que no respondieron a esta terapia volvieron a recibir
una segunda infusión de contenido fecal y dos de ellos lograron evitar una
recaída. Por tanto la tasa de curación fue del 94%.
"Este estudio demuestra que la
terapia con heces es muy eficaz y genera la hipótesis de que aumentar las
bacterias sanas y reemplazarlas por las que tiene el paciente en su intestino
evitará también las recaídas", señala Asensio.
Aunque esta infección no es
excesivamente frecuente, cada vez son más los casos detectados.
"Actualmente vemos unos 10-15 episodios por cada 1.000 ingresos. En un
hospital con unos 50.000 ingresos al año, como puede ser el [hospital] Gregorio
Marañón, supone unos 3.000 episodios anuales", explica Emilio Bouza, jefe
de Microbiología de dicho centro.
Este especialista incide en que la
infección alarga la estancia hospitalaria del paciente que la sufre y aumenta
considerablemente los gastos sanitarios. "En España, el gasto extra por episodio
y paciente es de unos 4.000 euros. Teniendo en cuenta todos los casos al año,
el coste medio es muy importante", afirma Bouza.
De ahí que sean varias las medidas
que se quieren mejorar en relación a esta infección. Según este especialista
que ha llevado a cabo varios estudios sobre su incidencia en España,
aproximadamente la mitad de los casos no son diagnosticados. Otra mejora que se
puede implementar para frenar este tipo de infección es disminuir el consumo de
antibióticos, muy elevado en nuestro país, y aumentar la higiene hospitalaria
En cuanto a si la terapia fecal
terminará generalizándose como tratamiento en pacientes con recaídas, Benito
Almirante, del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital Vall d’Hebron
de Barcelona, tiene la sospecha de que no será así. "Quizás la sociedad y
los profesionales estemos preparados para un trasplante de un órgano, pero no
para el contenido fecal. A priori repugnaría un poco y además habría que
establecer toda una estructura y logística compleja para tratar las heces y
realizar una serie de pruebas al donante para asegurar que está sano. Todo esto
tiene un coste elevado y condicionantes éticos".
Este especialista, que forma parte de
la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica
(SEIMC), recuerda además que acaba de aparecer en el mercado un nuevo
antibiótico, la fidaxomicina ,para evitar las recurrencias. No obstante, como
aclara Almirante "su posición en terapéutica está todavía por definir
porque su coste es muy elevado. Si el precio de metronidazol está en torno a
los 40 euros y el de la vancomicina en los 150 euros, el de este nuevo fármaco
asciende a los 1.500 euros. Estaría bien que se hiciera un ensayo clínico donde
se comparase este último con la terapia fecal".
A pesar de estas reticencias, Els van
Nood, especialista de la Universidad de Amsterdam y principal
responsable del estudio, señala que «aunque la terapia parece desagradable,
cuando los médicos la realizan, por lo general, quedan entusiasmados y están más
dispuestos a probarla en otros enfermos. Además, los pacientes que han tenido
diarrea durante meses tienen sólo un deseo: que la diarrea pare, por lo que son
menos reacios a probarla».
No obstante, los especialistas
señalan que este trabajo es un primer paso para investigar cuál es la mezcla
adecuada de bacterias intestinales que se podrían obtener mediante cultivo y
que se administraría por vía digestiva a los pacientes. Esto es precisamente lo
que subraya Ciarán Kelly, experto de la Universidad de Harvard, en un editorial
que acompaña al estudio de 'NEJM'.
Según este especialista, este estudio
animará y facilitará el diseño de ensayos similares de la terapia de microbiota
intestinal -las bacterias que pueblan el intestino- para otras indicaciones
como colon irritable, prevención del carcinoma colorrectal y diferentes
trastornos metabólicos.
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