martes, 15 de enero de 2013

MUJERES CON HISTORIA






Trótula de Salerno (1090-1160), también conocida como Trótula di Ruggiero fue primero estudiante y luego profesora de la Escuela Médica Salernitana, el primer centro médico sin conexión con la Iglesia y considerado por algunos autores como la primera universidad europea. Escribió varios influyentes tratados sobre medicina femenina, siendo el más prominente de ellos Passionibus Mulierum Curandorum, también conocido como Trótula major. En sus  sesenta capítulos se trata la menstruación, la concepción, el embarazo, el parto, el control de la natalidad, además de diversas enfermedades ginecológicas y de otro tipo, así como de sus remedios. Describe también diversas técnicas quirúrgicas, postula brindar una eficaz protección perineal y hace descripciones de avanzada sobre las episiotomías. Sus tratados pediátricos dan normas sobre los lactantes y respecto al cuidado del niño en sus primeros meses de vida. Se usó como texto de medicina hasta el S XVI, habiendo sufrido multitud de plagios a lo largo de la historia.

Sus escritos reflejaron ideas muy avanzadas para su tiempo: un ejemplo es su apoyo a que se suministrasen opiáceos  a las mujeres durante el parto para mitigar el dolor, una práctica que entonces era perseguida por las autoridades. También afirmaba que los impedimentos a la concepción podían ser debidos tanto a las mujeres como a los hombres. Su  trabajo también estaba influido por las ideas de su época y sostenía que, a causa del pecado original que según la Iglesia fue  provocado por Eva, las mujeres eran por naturaleza más susceptibles de enfermar, y por ello necesitaban una mayor atención médica. Ella creía en una evaluación amplia de los pacientes y no solo centrada en los síntomas llamativos, poniendo énfasis en una evaluación integral.
Escribió un segundo tratado sobre el cuidado de la piel, la higiene y la cosmética (Trótula menor) . Recomienda también a las mujeres de su época cuidar de la higiene diaria, ejercicio físico regular, masajes con aceites y una dieta equilibrada y saludable. Y completa estas recomendaciones con unas simples y curiosas recetas de cosmética femenina:

Una crema para eliminar las arrugas, la fórmula de un lápiz de labios en la que utiliza la miel, el jugo de remolachas, la calabaza y agua de rosas. Para conservar sana y blanca la dentadura recomienda limpiarlos con una infusión caliente de corteza de nogal.”

Trótula pertenecía a una familia adinerada. Cuando ella era joven, la Alta Edad Media estaba en su auge, el urbanismo avanzaba y las Cruzadas estaban en su apogeo. Nuevas universidades reemplazaron a los antiguos monasterios como centros de enseñanza. Salerno fue la primera escuela médica no regida por religiosos y estaba abierta a árabes y judíos lográndose así un enriquecimiento cultural especial. También fue pionera en admitir mujeres. Su ubicación estratégica en el Mediterráneo permitió fusionar el conocimiento greco- romano con la tradición islámica y judía. Salerno era el lugar para ser visto; su escuela de Medicina se convirtió en la más prestigiosa del siglo XI en Europa. En la Edad Media, el ejercicio de la medicina estaba prohibido para la mujer salvo la práctica de la obstetricia y los cuidados al niño en sus primeros meses, que estaban casi exclusivamente, en manos femeninas. En un Salerno abierto a la vocación médica femenina, pronto surgirán los nombres de cinco mujeres expertas en el arte de curar: Trótula, Constanza, Calenda, Rebeca Guarna, judía  y Abella, musulmana, que simbolizan la conjunción de los saberes de judíos, árabes y cristianos.

 La opinión generalizada es  que murió en su ciudad de nacimiento, pero nada se conoce con exactitud acerca de la muerte de Trotula. Algunos estudiosos han dudado de que fuese una mujer, y otros son de la opinión de que era un personaje ficticio, por lo que a lo largo de la historia sus obras se han atribuido a otros autores.

En un mundo dominado por los hombres en el que las mujeres solamente podían acceder al conocimiento tras los muros de un monasterio, una mujer se abrió camino. Trótula de Salerno se convirtió en la primera mujer en escribir y tratar sobre temas de ginecología y obstetricia. Sus ideas fueron tan eficaces y novedosas que hasta el siglo XX existieron voces que quisieron dudar de su existencia.


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